Para ascender necesitamos entrar en el mayor estado de purificación posible: mental, emocional y físicamente.
Las emociones negativas que no hemos manejado dejan un residuo en las células y en el aura; y atraen situaciones y personas negativas hacia nosotros.
Si hay alguna relación que no hemos perdonado o liberado, es imperativo hacer el trabajo necesario AHORA.
Si estás sonriendo por fuera y detrás de la Máscara ocultas resentimiento o dolor, deja de fingir. Recuerda que la espiritualidad no es ser bueno y dulce, sino genuino y honesto.
Sólo si aceptas tu propia sombra, la reconoces y le pierdes el miedo, podrás librarte de ella.
Las emociones fluyen a través de nuestro Yo personalidad (adulto), pero si están bloqueadas o desequilibradas, es porque nuestro Niño Interior siente miedo y se ocupa de frenar nuestra acción.
Tenemos que sanar la relación con nuestro Niño Interior si queremos sanar aquellas partes atascadas que aún responden a las viejas limitaciones del niño.
Tu cuerpo físico es tu templo. La purificación física aumenta tu espiritualidad. Para purificarnos necesitamos mantener nuestro templo corporal claro, limpio y flexible.
Cuando nuestras células se tensionan, se ponen más densas. Y cuanto más nos alejamos de la Fuente, más tensos nos ponemos. Relájate y serás un faro de luz.
LA LLAMA VIOLETA
Saint Germain, Maestro Ascendido, obtuvo para nosotros la Llama Violeta de purificación, una entrega hecha por la Fuente para acelerar nuestro proceso de iluminación.
Cuando pedimos la Llama Violeta yla visualizamos, se lleva a cabo la purificaicón en el nivel que le permitimos. Por lo tanto, si te sientes mal con alguien cuando está cerca de tí, pide la Llama Violeta y ubícate a ti mismo y a la persona dentro de ella.
Para purificar tu vida, mantén en la Llama Violeta a todos aquellos que te hicieron -o a los que les hiciste- algún mal.
Puedes usar esta AFIRMACIÓN: "Yo Soy la Llama Violeta que transmuta toda energía negativa o discordante que haya dentro de mí o en mi entorno".
